16 may 2017

EXPOSICIÓN DE CARLOS ENRIQUE BERBEGLIA, LA ANGUSTIA, ALGUNAS APRECIACIONES.




Esquema expositivo, breve síntesis.

Un mínimo de filología Del latín angüstus hacia 1140, angosto,y, de allí, angustia, hacia 1430. También asociado a angëre, estrechez, ahogar, de allí el derivado angina.

De acuerdo con S. Freud, en: Más allá del principio del placer, el temor (furcht) requiere un objeto, el pavor (schreck) al enfrentarse un peligro, ante el cual no se está preparado,
la angustia (angst), expectación ante el peligro desconocido.

S.Kierkegaard, la desesperación proviene del yo, que es espíritu, el animal no se angustia porque carece de espíritu.


Martín Heidegger: La angustia es un temple de ánimo que nos revela la nada, a la par que se descubre la existencia como sostenida sobre ella. Sin su presencia la existencia se perdería en lo cotidiano, se anquilosaría en lo satisfecho.
Contraposición filosófica: La eudaimonía aristotélica y la idea almafuertiana: Yo amo la libertad/ como los dioses/y el feliz, como el asno/ su pesebre.

Otto Bollnow sobrepone a la angustia el temple anímico de la esperanza, en tanto que Ernst Bloch denomina principio esperanza, en el decurso de la historia la consideración de la utopía como una función esencial del ser humano. Sin embargo, para esta misma época, cuarta y quinta década del siglo XX, aparecen la antiutopías, al estilo de 1984, de Orwell, o Un mundo feliz, de Aldous Huxley.

Zygmunt Bauman, la utopía, en cambio, a partir de principios del siglo XXI, que antes se buscaba en el futuro, se traslada al pasado, la retrotropía, el futuro es moldeable, pero el pasado es sólido, macizo y fijo.

Una fuente de la angustia la encontramos en la incertidumbre, que va más que la falta de precisión en los hechos del futuro porque socava el desenvolvimiento cotidiano en los hábitos. En este sentido afirmar que los animales no se angustian es un disparate y revela un antropocentrismo rayano en la ignorancia. Ellos no responden por lo cual puede construirse cualquier teoría que poseerá validez, la de Aristóteles, que no ríen, la cartesiana, que son como máquinas, o la presente de Kierkegaard, que no se angustian. Estas afirmaciones, en sus tiempos respectivos tenían un valor relativo, hoy, los estudios de psicología animal las desmienten, tal vez carezcan de esperanza¸ pero bien manifiestan alegría y tristeza más allá del temor y el hambre instintivas.

Conclusiones. CEBerbeglia, en “Vida, pensamiento, libertad”, Buenos Aires, Biblos, 1985, muestra la gradación del sufrimiento, variados son los motivos que nos conducen a padecerlo, una de ellos es la angustia, no vale utilizar ambos términos como  sinónimos porque aleja la precisión terminológica y empobrece el contenido psíquico. Acaso, la expresión culminante de la angustia sea la de Cristo. “Dios mío, ¿por qué me has abandonado? San Mateo, 27, 46
      
Carlos Enrique Berbeglia, Buenos Aires, en la SADE, el 28 de abril de 2017